¡JESÚS JAMÁS PROMETIÓ
EL CIELO A SU IGLESIA!
¿Y QUÉ HAY ENTONCES DE LOS TEXTOS
BÍBLICOS QUE NOS ”PROBARÍAN”
QUE VIVIREMOS EN EL CIELO?
Pregunta # 1:
¿Acaso no prometió Jesús a sus seguidores el cielo en Juan 14:1-3?
Respuesta:
Jesús jamás prometió a sus seguidores darles un lugar en el cielo como morada permanente. Tampoco ninguno de sus apóstoles creyó que iría al cielo para estar con Dios y Jesús. Fue el filósofo Griego Platón el que sentó las bases de un alma inmortal que parte de este mundo después de la muerte. Su filosofía fue mezclada con el pensamiento Hebreo y nació el gnosticismo. Esta secta gnóstica, muy en boga en los tiempos de Jesús, amenazó a la sana doctrina predicada por Jesús y sus apóstoles. Los apóstoles, y en especial Pablo y Juan, advirtieron a las iglesias cristianas en contra de esa secta. Pablo llamó a los gnósticos: “La falsamente llamada ciencia” (“gnosis”)(1 Timoteo 6:20). Los gnósticos decían que la materia era mala y pecaminosa, y que Cristo no era humano sino que tenía apariencia de hombre. Creían que existía un plano superior (el “Pleroma”, especie de cielo gnóstico) donde vivían los AEONES (espíritus puros superiores, entre los cuales estaba Cristo antes de venir al mundo). Los gnósticos creían que ellos tenían el conocimiento verdadero para lograr partir a ese plano o dimensión de los espíritus con el alma inmortal. ¿No se parece esto mucho al pensamiento “cristiano” sobre una existencia en el cielo con Dios, Cristo, y sus ángeles después de esta vida, a través de nuestras “almas inmortales”? Es muy probable que muchísimos cristianos sean realmente cristianos gnósticos en este punto.
También Pablo advirtió, que después de su “partida”, entrarían en el rebaño del Señor falsos maestros que buscarían ganarse el rebaño con palabras pervertidas (Hechos 20:29,30). Y así fue. Con el correr del tiempo, la iglesia se corrompe con sus propios malos obispos que se levantan con sus herejías destructoras. En el siglo IV aparece el obispo “San Agustín de Hipona”, el Padre y Teólogo del catolicismo. Éste distorsiona radicalmente el verdadero significado del reino bíblico al decir, por vez primera, en su obra “La Ciudad de Dios”, que el reino era la iglesia católica Romana. Parece ser que los “amilenialistas católicos”, y “campbelitas amilenialistas” no han logrado sacudirse del todo de los errores de Agustín de Hipona.
Algunos dirán: “Bueno, ¿no dice Jesús que “los pobres en espíritu es el reino de los cielos”? (Mateo 5:3). Pero tomemos nota que el Señor NO dice que de los pobres en espíritu es el reino EN (sino “DE”) los cielos”. De modo que lo que Cristo ofreció a los pobres en espíritu era un reino que tiene su origen en Dios, y no en los hombres. Viene de Dios como un don o regalo para los hombres.
Pues bien, regresemos a Juan 14:1-3 de la pregunta. Veamos lo que verdaderamente dijo el Señor Jesucristo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo, para que DONDE YO ESTOY, vosotros también estéis.”
Muchos estudiantes de la Biblia no se han puesto a pensar en esta última frase “para que DONDE YO ESTOY (tiempo presente)”. En las más importantes versiones de la Biblia Inglesa se vierte este pasaje como “WHERE I AM” en tiempo siempre presente (“donde yo estoy”). Esta frase es sumamente importante y clave para entender los versos en cuestión. Jesús está ofreciendo un lugar a sus discípulos “en la casa de su Padre”. Luego nos dice que él nos tomará para que estemos con él en el lugar donde ÉL ESTÁ en el momento de pronunciar la promesa. Y, ¿dónde estaba Jesús cuando pronunció esa promesa? ¿En el cielo? ¿En Marte? No! Él estaba aún en LA TIERRA, y más exactamente, EN JERUSALÉN. Recuerde que Jesús todavía no había ascendido al cielo, y aún no había ni siquiera resucitado. Por tanto Jesús estaba ofreciéndoles a sus seguidores volver a la tierra para estar con ellos en el lugar donde proclamó su promesa, es decir: ¡En Jerusalén!
Muchos cristianos creen que Jesús nos “llevará al cielo” para darnos nuestro “lugar” en la casa del Padre. Pero Jesús nunca habló de llevarnos al cielo en Juan 14:1-3. Usted NO leerá, ni siquiera una vez, de que iremos al cielo para recibir nuestro “lugar” una vez que esté preparado por Jesús. Lo que Jesús dijo era que prepararía nuestro lugar en la casa de su Padre y que luego volvería para estar con nosotros. Lo que NO dijo era CUÁNDO Y DÓNDE recibiríamos nuestro lugar en la casa del Padre. Él sólo está ahora ocupado PREPARANDO nuestras moradas, pero NO nos dice cuándo entraremos en ellas. En Apocalipsis 21 se revela que la “ciudad santa” bajará del cielo después del milenio. La ciudad santa de Apocalipsis 21 es descrita por Ezequiel como un edificio (40:2), y como una casa en 2 Corintios 5:1,2. Esta ciudad o casa canta bajará del cielo, y “Dios estará con los hombres” (Apocalipsis 21:3). Sólo los salvos entrarán en ella para tomar sus lugares o moradas (Apocalipsis 21:27). También leer Hebreos 11:9,10 donde se nos dice claramente que Abraham (el padre de la fe) “esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.” Y en Hebreos 13:14 Pablo dice: “Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos LA PORVENIR.”
Pregunta #2:
¿No dice Pedro, en 2 Pedro 3:10-13, que esta tierra será destruida por fuego? Si este es el caso: ¿No es lógico concluir que escaparemos al cielo?.
Respuesta:
Es cierto que Pedro habla de la “destrucción de la tierra por fuego”, de la misma manera que Dios dijo de la tierra de la época de Noé. En Génesis 6:13 leemos algo interesante: “Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré CON LA TIERRA.” Nótese que Dios iba a destruir a todo hombre y animal...¡y la tierra misma! Pero: ¿Llegó Dios a destruir a los hombres impíos de entonces junto con el planeta tierra? Por cierto que no. La tierra sigue siendo la misma desde su creación. En realidad es una forma superlativa de hablar de Dios indicando la severidad de su castigo.
En 2 Pedro 3:10-13 leemos: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán desechos, y LA TIERRA Y LAS OBRAS QUE EN ELLA HAY SERÁN QUEMADAS.” ¿No son semejantes Génesis 6:13 y 2 Pedro 3:10-13? Si la primera tierra PRE-diluviana no fue literalmente destruida, ¿porqué tendría que serla ésta? Es claro que lo dicho por Dios ha de entenderse como la severidad y firmeza de su castigo, la erradicación del mal, de los malos, y de sus obras (casas de juego y de citas, bares, fábricas de cigarrillos y de cerveza, fábricas de armas y bombas, etc). En el verso 13 se habla de “nuevos cielos y nueva tierra” Esta forma de dicción no es rara en la Biblia, pues también encontramos la expresión “nueva criatura” en 2 Corintios 5:17, aunque persistan aún los viejos defectos (miopía, cojera, cicatrices, etc). En Efesios 4:24 encontramos la expresión “nuevo hombre” (pero sólo en lo moral y espiritual). En Romanos 6:4 encontramos la frase “nueva vida” (pero siempre en el sentido moral y espiritual).
Y Para terminar diré que 2 Pedro 3:13 tiene relación con Isaías 65:17 que dice: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni vendrá más al pensamiento.” Pero lo interesante del caso es que Dios sigue diciendo en los siguientes versículos (18-25) que: “traigo a Jerusalén alegría...y me alegraré con Jerusalén.” Estas palabras indican que finalmente el planeta no será destruido, pues seguirá existiendo Jerusalén como una ciudad de gozo y alegría, en contraste con la actual Jerusalén agitada y convulsionada por los conflictos internos y externos.
Pregunta #3:
¿Acaso no dice la Biblia que Cristo vendrá para entregar su reino al Padre según 1 Corintios 15:24?
Respuesta:
Cristo entregará su reino al Padre, pero: ¿Cuándo? Esta es una pregunta importante. Lo que la Biblia sí dice verdaderamente es que Jesús, al volver a la tierra, dará su reino a sus discípulos (no ha Dios)(Mateo 25:31,34; Daniel 7:13-18). Sí, la iglesia, compuesta por judíos y gentiles fieles, recibirá el reino de Cristo al volver él al mundo otra vez. Esta es la verdad bíblica. No obstante, será después que Cristo haya reinado por mil años que él devolverá el reino al Padre; cuando haya puesto a sus enemigos por estrado de sus pies, incluyendo LA MUERTE misma (Salmo 110:1; 1 Corintios 15:25). Y, ¿Cuándo será vencida la muerte?¿En la segunda venida de Cristo? ¡No! Según la Biblia ella será destruida al finalizar el milenio de Cristo. La respuesta está en Apocalipsis 21:4. Esto significa que Cristo no va a devolver el reino al Padre inmediatamente después de volver a la tierra, sino después de los mil años de su reinado. Mientras tanto, Jesucristo estará reinando sobre sus enemigos (Salmo 110:1-5), siendo el último destruido: La muerte.
Otra de las pruebas bíblicas que señalan claramente que la muerte reinará hasta el final del milenio es que “los otros muertos no llegaron a vivir hasta que se cumplieron los mil años.” (Apocalipsis 20.5). Habrá muertos al final de los mil años del reinado de Cristo. La muerte imperará en la tierra hasta el final de esa fecha memorable que es llamada: “Milenio” (Apocalipsis 20:14). Después del milenio bajará “La Nueva Jerusalén” y acabará el imperio de la muerte (Apocalipsis 21:4; 20:14). También en este periodo el diablo será castigado definitivamente con la muerte. Y además, la muerte y el Hades serán arrojados al lago de fuego junto con el diablo y sus ángeles. Todo esto ocurre al final del milenio o del reino de Cristo. Los hermanos amilenialistas debieran reflexionar mejor sobre este pasaje antes de sacar conclusiones inexactas. Recordemos que “un texto sin el contexto es un pretexto”. Ir más allá de lo que está escrito es peligroso.
Pregunta #4:
¿No dice Pablo que nuestro destino son “los lugares celestiales” en Efesios 2:6?
Respuesta:
Tomemos nota que pablo habla de “los lugares celestiales” en Efesios 2:6. Y, ¿dónde están esos “lugares celestiales”? La respuesta, creo, la da Jesús en Juan 14:2,3---¡En la casa de Su Padre! Por tanto, los “lugares celestiales” tienen que ver con las “muchas moradas” de dicha casa, en donde Jesús se ha ido a preparárnoslas. Sin embargo, Pablo NO dice que iremos al cielo para ingresar a nuestras “moradas celestiales”.
Pongamos un ejemplo un poco fantástico. Si una nave marciana bajara a la tierra, y yo fuera invitado por la tripulación marciana a ingresar a ella para ver su interior, pregunto: ¿No estaría yo en un “lugar marciano” en la misma tierra? Y si viera yo en su interior sus compartimentos, pregunto nuevamente: ¿No serían esos compartimentos “lugares o compartimientos marcianos” en la tierra?
De igual modo, cuando baje la casa celestial a la tierra, con todas sus moradas o lugares, los que ingresen a ella estarán ingresando a sus lugares o moradas celestiales---¡en la tierra!. Algo celestial o “extraterrestre” se posará en la nueva tierra, y sus interiores o moradas seguirán siendo celestiales aunque estén en la tierra. Sí, en la nueva tierra entraremos a los “lugares celestiales” de la casa de Dios.
Pregunta #5:
¿No dice claramente San Pedro que tenemos RESERVADA nosotros una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible EN LOS CIELOS? (Ver 1 Pedro 1:4)
Respuesta:
Nuevamente tampoco Pedro está diciendo que subiremos al cielo para recibir nuestra herencia que está RESERVADA allí. Sencillamente está reservada en los cielos. Si por ejemplo decimos que el dinero del pago de los trabajadores está reservado en la bóveda del banco, ¿significa eso que los trabajadores tendrán que ingresar a la bóveda del banco para que se les pague? No necesariamente. Lo usual es que el cajero retire el dinero de dicha bóveda y proceda a pagar a los trabajadores en la oficina del personal. De igual manera, cuando Jesús vuelva a retribuir a sus siervos, él retirará nuestra herencia de los cielos y la traerá a la tierra. (Leer 1 Pedro 5:4; 2 Timoteo 4:8; Apocalipsis 22:12).
El sabio rey Salomón dijo sobre este asunto, así: “Ciertamente el justo será recompensado en la tierra...” (Proverbios 11:31). En otra parte Salomón dice también: “El justo no será removido jamás (de la tierra)...” (Proverbios 10:30). Estos textos contradicen la enseñanza que dice que los salvos serán retribuidos en el cielo cuando mueran.
Pregunta #6:
¿No prometió el Señor Jesús que nos arrebataría con él mismo al cielo, en 1 Tesalonicenses 4:17?
Respuesta:
El apóstol Pablo no está diciendo tampoco en este texto, que seremos arrebatados al tercer cielo, sino EN LAS NUBES. No está hablando de que seremos arrebatados al cielo, sino “EN LAS NUBES PARA RECIBIR AL SEÑOR EN EL AIRE, y así estaremos siempre con el Señor.” Para nada se hace mención del cielo en este versículo, ni se nos promete estar con Cristo en el cielo. Pablo está hablando de que seremos “arrebatados en las nubes” y de “recibir al Señor en el aire”---¿Para qué?¿Acaso para que Jesucristo nos reciba y nos lleve con él al cielo? ¡No! Pablo es claro al decir que nosotros LE RECIBIREMOS A ÉL EN EL AIRE cuando regrese a la tierra (¡no al revés!). ¿Qué importancia tiene este detalle? Veamos el pasaje y analicemos su contenido.
Si la iglesia recibirá al Señor en el aire es para acompañar a Jesús en su descenso a la tierra, ¡no al revés! Por ejemplo, si el presidente del Perú sale a recibir en palacio al Presidente de los Estados Unidos, ¿se irá el Presidente del Perú con el presidente Estadounidense a la Casa Blanca para la entrevista? Otro ejemplo: Si mi amigo viene a visitarme desde los Estados Unidos, y yo salgo a recibirle en el aeropuerto limeño, pregunto: ¿Me iré con él a su casa en los Estados Unidos, subiendo inmediatamente en el avión que lo trajo a Lima? ¡Claro que no! Si yo lo recibo es para traerlo a mi casa o a un hotel, y disfrutar de su compañía durante su estancia en mi país. Igual ocurrirá con la Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo en las nubes de nuestra atmósfera. Nosotros saldremos a RECIBIRLE en las nubes para acompañarlo en su descenso a nuestro planeta. Entonces Jesús será escoltado por su gloriosa iglesia hasta el lugar donde se localizará su trono de gloria, es decir, JERUSALÉN (Mateo 5.33-35; Jeremías 3:17; Zacarías 14:4).
Pregunta #7:
En Juan 13:36 Jesús le dice a Pedro que él no le podía seguir al lugar a donde iba, pero que le seguiría después. ¿No le estaba prometiendo Jesús---el tercer cielo----a Pedro para después de su muerte?.
Respuesta:
Jesús no le estaba prometiendo a Pedro el cielo para después de su muerte. Lo que verdaderamente Jesús estaba diciendo era que estaba muy próximo su sacrificio en la cruz del Calvario, y que después Pedro le seguiría en su martirio. Lo que Jesús estaba profetizando para Pedro era su muerte en el martirio en un futuro no muy lejano. Según el verso 37, parece que Pedro le entendió perfectamente a Jesús, y le responde: “...Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? MI VIDA PONDRÉ POR TI.” Precisamente años más tarde Pedro moriría en el martirio, crucificado de cabeza en una cruz.
Pregunta #8:
¿No dijo el apóstol Pedro que Dios lo preservaría para su reino celestial? ¿No creyó Pablo que había un reino en el cielo (2 Timoteo 4:18)?
Respuesta:
En este pasaje Pablo NO dice que iría al cielo para entrar en el “reino celestial”. Lo que Pablo creía era que Dios lo preservaría o guardaría para su reino DE los cielos (“celestial”). Él NO dijo que Dios lo preservaría para su reino EN los cielos en ningún momento, sino para un reino de “inspiración celestial”, o de “origen celestial o divino”.
En Hebreos 11:14-16 Pablo habla de una “patria celestial”, la cual, según el verso 16, es UNA CIUDAD. En Hebreos 11:14 el apóstol sigue diciendo que esta ciudad o “patria celestial” está por venir o por descender según Apocalipsis 21:2,3. Sí, la ciudad o “patria celestial” estará ¡en la tierra!.
En Lucas 2:8-13 vemos que a los pastores del campo se les aparece un ángel del Señor que les anuncia que ha nacido el Salvador, Cristo el Señor. Y el versículo 13 nos dice que repentinamente apareció con aquel ángel una multitud de las “huestes celestiales” que alaban al Señor, y decían: “Gloria en las alturas...” Aquí vemos nuevamente a “huestes celestiales”---¡en la tierra!
En conclusión, cuando la Biblia nos dice que heredaremos “el reino celestial”, ello no quiere decir que iremos al cielo para entrar en él. Ya hemos visto como “cosas y seres “celestiales” estuvieron aquí, en la tierra. ¿Acaso no puede bajar “el reino celestial” a la tierra así como lo hicieron “el pan celestial (Jesucristo)”, y “las huestes celestiales”? ¡Claro que sí! Ah, un ejemplo más. Después de resucitar de la tumba, Jesús recibió un “cuerpo celestial” (Leer 1 Corintios 15:40,49). Con ese “cuerpo celestial” nuestro Señor estuvo en la tierra por 40 días (Hechos 1:3).
Pregunta #9:
¿No dijo acaso el apóstol San Pablo que nuestra CIUDADANÍA ESTÁ EN LOS CIELOS (Filipenses 3:20)?¿No significa entonces que viviremos en el cielo?
Respuesta:
La palabra “CIUDADANÍA” usada por Pablo, se relaciona con la palabra CIUDAD(anía). En la Santa Biblia aparece claramente una “CIUDAD CELESTIAL” (o “PATRIA CELESTIAL”) que estará en la tierra (Apocalipsis 21:2,3). También se nos informa que entraremos a ella, una vez que se establezca en la “nueva tierra”. Pablo sostiene que la ciudad está POR VENIR (Hebreos 13:14). También Pablo sostiene que el fiel Abraham “esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios” (Hebreos 11:8-10).Mientras tanto, “nuestra ciudadanía está en los cielos” hasta que venga a nosotros a la tierra. En tanto que nuestra “ciudad” o “patria” permanezca en los cielos, podremos decir que nuestra ciudadanía seguirá estando en los cielos.
Pregunta #10:
¿En que parte de la Biblia dice que Cristo va a pisar este mismo planeta nuevamente?
Respuesta:
En Hechos 1:11 los ángeles les dicen a los discípulos, quienes instantes antes habían visto al Señor subir al cielo, lo siguiente: “Varones Galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? ESTE MISMO JESÚS, que ha sido tomado de vosotros al cielo, ASI VENDRÁ COMO LO HABÉIS VISTO IR AL CIELO”. Aquí se profetiza que el mismo Jesús resucitado, que había permanecido con sus discípulos 40 días en la tierra (Hechos 1:3), volverá DE LA MISMA FORMA O MANERA EN QUE SE HABÍA IDO AL CIELO. Esto se explica de este modo. Según el verso 12, Jesús había ascendido al Padre desde el MONTE DE LOS OLIVOS, hasta que una nube lo tapó de la vista de los discípulos (v.9). Ahora bien, Jesús, al volver, descenderá del cielo a las nubes del cielo, y de las nubes del cielo AL MONTE DE LOS OLIVOS (Zacarías 14:4). Si Jesús al volver, sólo se quedara en las nubes, sin descender hasta el Monte de los Olivos, entonces JESÚS NO ESTARÍA EN VERDAD VOLVIENDO DE LA MISMA MANERA COMO ÉL SE FUE, O COMO LO HABÍAN VISTO IRSE SUS DISCÍPULOS.
Si una persona hubiera podido tomar una película de ese magno suceso de la ascensión de Jesús al cielo, y luego pusiera en reversa o retroceso la película, entendería exactamente cómo será el futuro regreso de Jesús al mundo. No obstante, no precisamos del auxilio de una cámara de video o de una película para entender lo que explicamos. Aceptemos el hecho de que la ascensión de Jesús al cielo NO comenzó en las nubes, sino en EL MONTE DE LOS OLIVOS. ¿No es interesante que el profeta Zacarías diga que sus pies se posarán nuevamente en el Monte de los Olivos y éste se partirá en dos?¡Esto no sucedió en la primera venida de Cristo! (Leer Zacarías 14:4).
Lo que Jesús dijo en Mateo 5:34,35 nos lleva la conclusión de que Cristo hará de Jerusalén su ciudad real...¡Su trono!. El profeta Jeremías dice que en aquel tiempo (de la restauración del reino) llamarán a Jerusalén TRONO DE JEHOVÁ (3:17). El Salmo 67:4 dice que Dios pastoreará a las naciones EN (no “DE”) la tierra. En Apocalipsis 5:10 leemos: “Y los has hecho reyes y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.” En Apocalipsis 20:4,6 dice que estos reyes y sacerdotes reinarán con Cristo mil años en la tierra.
En el Salmo 122:3-5 encontramos la información de que los tronos de los “reyes y sacerdotes” estarán en Jerusalén. Por tanto, el trono del “Rey de reyes” estará también allí. Jesús dijo que “Jerusalén es la ciudad del gran Rey” (Mateo 5:34,35).
En Juan 14:2,3 el Señor Jesús prometió a sus discípulos que ellos estarían con él en la tierra de Israel. Él dijo: “PARA QUE DONDE YO ESTOY (la tierra de Israel) vosotros también estéis”. Y en la profecía de Jeremías 23:5 leemos: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia EN LA TIERRA” ( También 33:15). Y en Romanos 4:13 dice que Jesús será “EL HEREDERO DEL MUNDO.”
Según el Salmo 37:29 “Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella”. Ahora bien: ¿Es Jesucristo el MAYOR JUSTO? ¡Sí! (Leer 1 Juan 2:1). Y si Jesús es también JUSTO, ¿qué heredará él y dónde vivirá? ¡La tierra y en la tierra!. En el Salmo 85:9 se complementa lo anterior diciendo que LA GLORIA HABITARÁ LA TIERRA. Y, ¿cuál GLORIA? ¡La gloria del Señor Jesucristo! (Mateo 16:27; 24:30; Juan 1:14; 17:24; Colosenses 3:4). Por tanto: ¡Jesucristo habitará en la tierra!
En 2 Samuel 23:3 dice: “El Dios de Israel ha dicho: Habrá un justo que GOBIERNE ENTRE (no “SOBRE”) LOS HOMBRES, que GOBIERNE en el temor de Dios.” Sí, Jesús será aquel justo varón que gobierne en medio o entre los hombres en este planeta. ¡Eso dice la Biblia! Además, David dice en su Salmo 140:13 que LOS RECTOS morarán o habitarán en la presencia del rey. Pero: ¿Dónde morarán LOS RECTOS en la presencia del rey? No puede ser el cielo porque Salomón escribió en Proverbios 10:30: “EL JUSTO NO SERÁ REMOVIDO JAMÁS; pero los impíos NO HABITARÁN LA TIERRA.” La conclusión lógica y bíblica es que los rectos habitarán la tierra y estarán en la misma presencia del rey en la tierra. Dice Salomón: “LOS RECTOS HABITARÁN LA TIERRA, Y lOS PERFECTOS PERMANECERÁN EN ELLA.” (Proverbios 2:21). ¡Aquí está la evidencia! Y, ¿Quiénes son los PERFECTOS que permanecerán en la tierra? ¡Los cristianos! (Leer 2 Timoteo 3:17; Colosenses 1:28).
Jesús dice que “los mansos heredarán la tierra” (Mateo 5:5),. Pero más adelante dirá: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN...” (Mateo 11:29). Notemos que Cristo es también el mayor MANSO del mundo. Esto quiere decir que él HEREDARÁ LA TIERRA (comparar con Romanos 4:13). Él fue claro al decir que “los MANSOS heredarán la tierra (¡no el cielo!).”
Pregunta # 11: