USTED PUEDE VER Y ENTRAR
EN EL REINO DE DIOS---
¡SEPA CÓMO LOGRALO!
Un Asunto Crucial
Muchos parecen ignorar que Jesucristo dio muchísima importancia a algo que él llamó “el Reino de Dios”. Desde los albores de su ministerio, él proclamó el mensaje del reino de Dios. Claramente él declaró que Dios le había enviado para anunciar el evangelio del reino de Dios a sus paisanos. En Lucas 4:43 Jesús fue directo al punto cuando dijo: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto fui enviado”. Más adelante Jesús le dirá a Nicodemo, un judío de renombre, lo siguiente: “De cierto de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios...de cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:3,5).
Sin duda, para ver y entrar en el reino de Dios, uno debe acercarse a él, o mejor dicho, uno debe estar cerca de él (del reino). Pero: ¿cómo puede alguien estar tan cerca del reino de Dios como para verlo y luego poder entrar en él? Para muchos el reino de Dios es algo extraño o bizarro en el lenguaje popular--- y es más--- ¡Les resulta incomprensible!. Para estos individuos, el reino de Dios está muy lejos de ellos, y como consecuencia de ello, no pueden verlo, y menos, entrar en él. Pero Jesús centró todo su mensaje en el tema del reino y afirmó tajantemente que fue enviado para anunciarlo al mundo, empezando con los judíos, sus paisanos de raza—(Hechos 10:36) (Para saber más sobre el Reino de Dios, solicíteme gratis los estudios: “El Reino de Dios---¿Qué es?” y “Las Buenas Noticias de Jesucristo”)
Una Respuesta Sabia
Pero hubo alguien que se entrevistó con Jesucristo que estuvo cerca del reino de Dios. Este individuo era una escriba sabio que había asentido correctamente a una declaración de Jesús. Veamos la historia de este encuentro: “Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento es: Oye, Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor, uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamiento mayor que éstos. Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que UNO es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas; y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle” (Marcos 12:28-34).
Amor a Dios y al Prójimo
Para acercarse al reino de Dios uno comenzará obedeciendo los mandamientos de Dios, los cuales se resumen en dos puntos: Amor a Dios y Amor al prójimo. Con el amor a Dios se cumplen los cuatro primeros mandamientos de su ley, y con el amor al prójimo se cumplen los seis puntos restantes del decálogo. Por supuesto que hay otros principios que se cumplen obedeciendo los dos preceptos antes mencionados. Por ejemplo, si no ama a su prójimo no le invitará drogas, tabaco, y cosas como éstas que lo dañarán de por vida.
Ahora bien, nótese que Jesús manifestó que sólo había UN solo Dios, y que a éste solo Dios había que amarle con todas nuestras fuerzas, corazón y alma. ¡Sólo a éste único Dios y a ninguno más, pues no hay ningún otro como Él!. Pero hay “cristianos” que dicen que Dios es TRINO, y por tanto hay que amar a 3 dioses en uno: “La Santísima Trinidad”. Los Trinitarios, por tanto, aman al Dios Padre, al Dios Hijo, y al Dios Espíritu Santo por igual. ¿No estarán estos hermanos lejos del reino de Dios?¿No debería ser reconocido más bien EL PADRE como el único Dios verdadero, y a Él sólo amarlo con todo nuestro corazón, alma, y vida; al mismo tiempo que honramos y amamos al Hijo como nuestro Señor? Dice el apóstol Pablo sobre la singularidad de Dios el Padre, así: “Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que UN Dios. Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, SÓLO HAY UN DIOS, EL PADRE, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él” (1 Corintios 8:4-6). Nótese que Pablo NO admite que el único Dios esté integrado también por Jesucristo, el cual es señalado específicamente por Pablo como “el Señor”. Y finalmente, ¡Del Espíritu Santo no se dice absolutamente nada! Por tanto: ¡No hay un Dios Trino para Pablo!.
Algunos afirman que Jesucristo confesó ser tan Dios como el Padre, y que exigió ser adorado como Su Padre es adorado por Sus criaturas. Es cierto que Cristo exigió recibir la honra que recibe el Padre, pero, ¿le hace esto a él Dios como el Padre? Este es otro asunto. En una ocasión Jesús afirmó lo siguiente: “Y esta es la vida eterna: Que te conozcan a Ti (Padre), el ÚNICO DIOS VERDADERO y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). Aquí es Jesús quien está hablando. No es un apóstol del Señor, sino Jesús mismo quien enseña que sólo Su Padre es el único Dios verdadero. Léalo con cuidado nuevamente en el pasaje en cuestión. Él, como Su Hijo Unigénito, no se está incluyendo dentro de la declaración: “El Único Dios Verdadero”, sino que se está excluyendo de la Deidad. El sólo se limita en decir que él es el enviado del Dios único y verdadero. Si él hubiera sido Dios como Su Padre, entonces él debió haber dicho:“Y esta es la vida eterna: Que Nos conozcan a Ti y a Mí como el Único Dios Verdadero” ---¡Pero no lo dijo! Tampoco acá Jesús hace mención del Espíritu Santo como la supuesta Tercera Persona de la Trinidad. Esto es muy curioso sin lugar a dudas.
Y Finalmente, Jesús jamás enseñó que Su Padre y Él eran iguales. Recordemos que Jesús mismo dijo: “El Padre MAYOR es que yo” (Juan 14:28). Si “A” es Mayor que “B”, entonces “B” es menor que “A”. Así ocurre con las matemáticas. Si Dios es Mayor que el Hijo, entonces el Hijo es Menor que el Padre. Ambos, por tanto, no pueden ser iguales, salvo, claro, que Cristo lo haya declarado de otro modo...¡Pero no lo hizo!
Claro que es cierto que Jesús dijo que “Yo y el Padre UNO somos” (Juan 10:30), pero no dijo que eran iguales o lo mismo. Hay una clara diferencia en ello. El no dijo: “Yo y el Padre Somos lo mismo” o “Yo y el Padre somos iguales”. Simplemente dijo: “Yo y el Padre UNO Somos”. ¿Qué significa esto?¿Significa que son iguales o la misma persona? No! Por ejemplo, Jesús dijo que su iglesia son también “UNO” con él y Su Padre”: “Para que todos (mis seguidores---la iglesia) sean UNO; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean UNO en nosotros...” (Juan 17:21). ¿Significa esto que los creyentes, o también llamados “la iglesia”, son la Tercera Persona de la Trinidad?¿Significa acaso que todos los creyentes son una sola persona? Es decir, ¿significa acaso que millones de Cristianos son en realidad un solo individuo? No! Lo que significa es que La Iglesia está unida con Cristo y el Padre en propósito y voluntad. Es un cuerpo unido y bien organizado, con cabeza y miembros que funcionan al unísono.
También los esposos son uno, o “UNA SOLA CARNE” (Génesis 2:24), aunque en realidad no pierden su individualidad. Son dos en Uno, pero siempre el hombre es la cabeza de la mujer---luego no son exactamente iguales en autoridad. Siempre en el orden de Dios, el hombre es la cabeza de la mujer, como Cristo lo es del hombre, y Dios lo es de Cristo. (Véase 1 Corintios 11:3). Así Cristo y Dios son Uno, pero siempre Dios es cabeza de Cristo. Ahora bien, cabeza implica superioridad en autoridad y en edad. Dios es antes que Cristo, así como Adán fue primero que la mujer (Eva). ¿comprende ahora la similitud?
Trinidad Pagana o Monoteísmo Bíblico
Estamos viendo que está en juego nuestro ingreso en el reino si mantenemos un concepto errado de la Deidad. ¿Es Dios Uno, o Tres en Uno? Usted necesita tomar una decisión correcta si quiere estar cerca del reino de Dios. Jehová es un Dios celoso que exige una adoración exclusiva para él, pues no hay más que UN Dios. Por tanto, poner juntos a otros supuestos “dioses” al lado del Padre, es poner celoso a Jehová Dios, opción que podría poner en peligro nuestra salvación. Además, el Jehová del Antiguo Testamento definitivamente NO es el Jesucristo del Nuevo Testamento, aunque muchos Trinitarios lo propugnen con todas sus fuerzas. Examínese Salmos 110:1 para comprobar que Jehová no es Jesucristo. Uno es Jesucristo, el Señor e Hijo de Dios; y el otro es Jehová Dios, el Padre de Jesús. Jesús, recuerde, es “el Hijo de Dios”, no “Dios el Hijo”.
La doctrina de la Trinidad es en realidad un enigma teológico que divide a los hombres y escandaliza a los musulmanes monoteístas. Aún los judíos ortodoxos se resisten a convertirse en cristianos cuando se les exige creer en la Trinidad. Y es que en la teología Hebrea, el verdadero Dios es UNO solo, no TRES en UNO según se desprende del muy famoso texto Hebreo de Deuteronomio6:4, y que dice: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová UNO (Heb. echad) es”. Pero los Trinitarios se defienden diciendo que la palabra Hebrea “echad” (traducida como “uno”) quiere decir una unidad compuesta. Pero tal argumento es falso, pues echad en Hebreo es un “uno” numérico. En Isaías 51:2 se describe a Abraham como “uno” (echad), donde no hay posibilidad de confusión para advertir su verdadero significado de que Abraham, el padre de la fe, fue único y singular---¡Ninguno como él!
Sin duda, la Trinidad suscita una serie de interrogantes desde que se formuló en el siglo IV y que aún hoy genera disputas en los círculos cristianos de todo el mundo. Jesús ni sus apóstoles hablaron de este dogma Trinitario, ni la formularon como se hizo en los concilios posteriores, unos trescientos años después de Cristo. Sólo los prejuicios e ideas preconcebidas de un Dios Trino propugnados por el paganismo, hizo que algunos teólogos post apostólicos torcieran algunas afirmaciones de Cristo y sus apóstoles para fundamentar una doctrina que a la postre vino a llamarse la Santísima Trinidad.
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